¿Alguna vez te has sentido esclavo de tu rutina? Despertar, ir al trabajo, regresar a casa, encargarte de las cosas del hogar, dormir y repetir. Una y otra vez, innumerables veces. Trabajamos incansablemente para adquirir bienes materiales y mostrar a los demás, y a "nosotros mismos", que somos exitosos, que somos productivos... productivos. Si eres como el 80% de las personas, seguramente cada uno de los pagos que recibes por tu trabajo está ya comprometido con alguna deuda... ropa, carro, casa, colegio de los niños, etc... la lista continúa. Si es así, mi pregunta para ti en este momento es: ¿realmente vale la pena vivir de ese modo?¿la vida debería reducirse a producir?. Yo creo que no.
Vivimos en un mundo extremadamente materialista, en el que el deseo por demostrar nuestra superioridad económica nos convierte en esclavos de un sistema que muy pocas veces resulta beneficioso en realidad. Adquirimos y acumulamos muchas cosas a lo largo de la vida, que quizás nunca fueron necesarias en primer lugar. El marketing, la competencia y las grandes compañías te hacen creer que necesitas llenarte de bienes materiales, que tu valor como persona se ve determinado por los números que puedas llegar a tener en tu cuenta bancaria y la cantidad de posesiones que con ello puedas adquirir. Llenas tu vida de dinero y bienes materiales, pero al final, tu corazón se puede ver tristemente vacío.
Hace algunos años comenzó a resonar a nivel mundial una modalidad de vida llamada Minimalismo la cual, en resumen, invita al hombre a deshacerse de todo aquello que no considera necesario para vivir. A desapegarse de los bienes materiales y centrarse en recorrer la vida con la menor carga posible, para así emprender el camino hacia la libertad, tanto física y económica, como espiritual. Invita a vivir ligeros de equipaje, fluir y dejar de lado las expectativas sociales de "éxito", las cuales resultan innegablemente superficiales e inalcanzables. Esta filosofía de vida nos brinda muchas técnicas para de una vez por todas liberarnos del deber ser, vivir desde nuestro verdadero propósito y alcanzar un nivel de gran tranquilidad, pero como todo en nuestra vida, requiere de mucha práctica y voluntad de cambio. Hoy en día puedes encontrar en internet y en libros mucha información sobre este tema, todo el conocimiento está al alcance de tus manos, pero si quieres hacer cambios reales, te invito a dar un pequeño paso a la vez. Sea cual sea el punto en el cual estás ahora y desde el cual estás comenzando el camino de aliviar tus cargas, hacer pequeños cambios, y no intentar implementar todo de un día para otro, va a ayudarte a crear hábitos y estructuras de pensamiento que sean más amables y sostenibles a lo largo de la vida. Puedes comenzar por simplemente limpiar tu clóset y tu habitación de las cosas que guardas "por si algún día necesitas" y limpiar tu agenda de aquellas actividades que no consideras necesarias para tu crecimiento. Eventualmente, teniendo claridad de que tienes, y que necesitas verdaderamente, puedes hacer una lista de tus gastos mensuales, organizarlos por nivel de prioridad, y si es posible, reducir tus gastos a lo necesario para tu bienestar. No se trata de ser "tacaños", se trata de invertir tu dinero inteligentemente y pensando en tu tranquilidad. Esto es lo que al final te va a permitir salir de el circulo de desconexión en el que te encuentras por la rutina y poder conectar con tu verdadera motivación. Lee, busca información, empápate de conocimiento, pero a la hora de aplicarlo a tu vida, se paciente y no te juzgues. No hay una verdad absoluta en este modo de vida, no existe el "minimalista perfecto", simplemente disfruta del proceso tan hermoso que estás por comenzar, y comprométete a entregar siempre lo mejor de ti.
Con amor,
Cata.
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